Las principales diferencias radican en la duración, proceso de curado, remoción, capa base, textura y colores disponibles. El esmalte permanente dura hasta tres semanas, requiere lámpara UV, es más grueso y necesita acetona para removerse. En cambio, el semipermanente dura alrededor de dos semanas, se seca al aire, es más delgado, se quita fácilmente y se aplica directamente en la uña natural. La elección depende de la duración deseada y preferencias personales.